Soy feliz de contar con una Madre como la que Dios me ha dado y cada día le pido que la llene de gozo y salud. No quiero que me faltes ni un solo momento porque eres mi dicha, mi centro y mi luz. ¡Te amo, Mamita!.
Tu amor de Madre no tiene precio ni comparación. Por ello siempre estás a mi lado y aunque el mundo me dé la espalda sé que cuento con tu ayuda y comprensión. ¡Eres única, Madre mía!
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